Texto de autor para el artista por María Carolina Baulo
La obra de Cristina Martinelli es coherente. Entiendo que la coherencia tiene que ver con el pensar, el decir y el hacer en sintonía, y es ocurre cuando vemos sus trabajos; una búsqueda siempre ligada al rol del hombre como habitante de un espacio que toma como propio, muchas veces desestimando la unicidad que ese espacio –y su propio ser- tiene con el “todo” superior. Cada obra es evidencia clara de los interrogantes que se le presentan a la artista a la hora de trabajar; la obra materializa el pensar, lo transforma en un hacer.
Cristina Martinelli ha transitado distintas etapas a lo largo de los años, y fue el conocimiento adquirido en su formación académica y con reconocidos maestros –tales como Juan Doffo, Marino Santa Maria, Emilio Renart, Claudia Aranovich, Horacio Zabala, Fabiana Barreda y Fidel Moccio entre otros-, así como también con formadores en la enseñanza de la antroposofía, quienes fueron alimentando los cambios en los procesos. Sin embargo, el eje conceptual se mantiene incólume y la preocupación de la artista por el rol del hombre en medio del universo que habita y lo atraviesa, se mantiene constante. La escultura ha sido una gran aliada estética para expresar su arte. Y el formato instalación, permite que sus trabajos no se presenten como obras inconexas, simplemente exhibidas en su particularidad, sino que obligan a la interacción y a la construcción de un relato integrador. Series como Sanación del Paisaje, Presión y Resistencia o Resonancia Mórfica son, en palabras de la artista “una búsqueda de reparación en la condición humana. El hombre en un todo con la tierra y con el cosmos”. Los materiales elegidos para cada trabajo expresan una forma de involucrarse con la obra, donde poner el cuerpo se torna fundamental. Pero no solo a nivel compromiso intelectual, sino que la obra que realiza Cristina se aleja de los objetos producidos industrialmente. Es ella misma quien elabora cada pieza, a mano, con terminaciones impecables y montajes cuidados: empezando por las telas de látex y más tarde los poliedros acrílicos para las pequeñas esculturas de elefantes, hasta llegar a los baldes de resina traslúcida de su última serie Sanación del Paisaje. Sin embargo, es en ese “no notar la diferencia”, es justamente donde radica la diferencia. Sus baldes -por citar un caso puntual- observados al detalle, son todos distintos: en cada uno de ellos se puede distinguir, con esfuerzo, un trazo mínimo distintivo, una elección a favor de la operación artesanal donde podría haber intervenido la serialidad rigurosa y exacta de la industrialización. Sin embargo este procedimiento da mayor organicidad a la obra; una suerte de guiño de la artista que no es fácil de advertir sin que ella lo diga. Carbón, sal, resina, látex, madera, vidrios. Materiales que conservan, contienen, protegen, aíslan. Materiales que al combinarse en la obra dan por resultado un trabajo de alto contraste cromático, donde la presencia del verde de la savia de la fuente de vida, se combina con la dura presencia del negro del carbón, en contraste con la huella que deja sobre este último, el blanco de la sal. Una sal que quema y sella como a fuego su paso, un carbón que presenta la fragilidad de aquello que parece desintegrarse al tocarse y el brillo de la naturaleza en ese fluir de la clorofila de resina.
Con la naturaleza siempre en mente y enfatizando en su poder sanador, liberador, generador de un nuevo comienzo que reinvente al hombre, Cristina Martinelli apela a pocos materiales, a formas figurativas y conceptos claros para trabajar su obra focalizando en estos ejes vectores. Sin necesidad de disfrazar su trabajo con lecturas complejas, nos presenta su visión del mundo que habitamos, construimos y destruimos. Un llamado a la reflexión y al compromiso. Lic. María Carolina Baulo.
Texto de María Carolina Baulo sobre la muestra: Ecos de vida – Mundo Nuevo Gallery (Mayo 2018)
“El arte es la forma más elevada de esperanza”
Gerhard Richter
Cristina Martinelli se conecta con la naturaleza, con los productos de la tierra, a partir de la presencia contundente del carbón. Como materia prima fundamental, el negro del carbón, se combina a partir de surcos, tajos y lastimaduras producidas en su superficie por acción del fuego e intervenidas con pasta de papel madera y aserrín. Con una lectura particular de la técnica japonesa del kintsugi, Cristina alude a la belleza de la fractura y la cicatriz, tal cual el oro que corre por la cerámica oriental uniendo las rupturas, transformando el utensilio en algo superador a la “mera cosa”-parafraseando a Heidegger-: lo convierte en una obra de arte. Carbón, sal y resina dan vida a esculturas, objetos e instalaciones que pueden replicar formas naturales o bien imitar la factura industrial. Obras que establecen un juego visual donde la fuerza de las masas sólidas obtiene su contrapunto en los líquidos en forma de resina, sal o aserrín, que fluyen por las venas de los objetos aludiendo, metafóricamente, a un fluir vital que no se cesa.
Lic. María Carolina Baulo
CONJURO CLARIDAD – ICANA White Hall – Buenos Aires – Marzo 2018
Cristina Martinelli ha transitado distintas etapas a lo largo de los años. Fue el conocimiento
adquirido en su formación académica en las Escuelas de Bellas Artes Rogelio Yrurtia y
Prilidiano Pueyrredón y con reconocidos maestros-tales como Juan Doffo, Marino Santa
María, Emilio Renart, Claudia Aranovich, Horacio Zabala, Fidel Moccio, Fabiana Barreda y
M. Carolina Baulo, así como también con formadores en la enseñanza de antroposófica,
quienes fueron alimentando los cambios en los procesos. Sin embargo, el eje conceptual se
mantiene incólume y la preocupación de la artista por el rol del hombre en medio del
universo que habita y lo atraviesa, se mantiene constante.
Arq. María José Bermudez
RESONANCIA MORFICA- Naturaleza Artificial- La Casona de los Olivera- CABA- 2002
Los cambios tecnológicos producidos en los últimos años, como las últimas experiencias
con la llamada vida e inteligencias artificiales que, a través de algoritmos matemáticos y con
ayuda de la computación, tratan de reproducir el funcionamiento de los seres vivos en el
campo de las comunicaciones donde se produce la creación de comunidades y ciudades
virtuales basadas en unidades de información, o la digitalización de las imágenes y los
sonidos que permiten su rápida modificación y manipulación, producen no solo el
nacimiento de nuevas expresiones artisticas sino también nuevos fenómenos en el ámbito
de la percepción, tanto de nuestro entorno, como del paisaje , cuestionando la misma idea
de lo natural y la naturaleza.
PRESIÓN-RESISTENCIA – Instalación Centro Cultural Municipal Leopoldo Marechal –
Hurlingham (Bs.As.) – Año 2001
Presión-Resistencia es “Una valiente interpretación de la memoria”.
Obra efímera basada en la utilización del látex, de una manera que podría decirse elíptica,
ya que a la artista le sirve para expresar sensación de desgarro, de inevitable fugacidad, de
lo angustiante y de lo perecedero en el diario vivir y en los sueños también.
Un aire onírico envuelve el conjunto, que encierra preocupación humana y un velado
cuestionamiento de tipo social.
Acompañan la muestra su serie de “Insomnes”. Treinta obra en distintos formatos, que
expresan la reacción de seres sensible frente al abandono, seres en desamparado, seres
sin sueños. Criaturas acostadas que miran hacia la nada, o tal vez buscan complicidad.
Cristina Martinelli, sabe rastrear en el inconsciente colectivo, bucear en esa insensatez que
pareciera haberse convertido en el somnífero imprescindible para seguir soñando, con que
todo está bien y que somos felices.
Prof. Juan Alberto Nuñez
PINTURAS – Tres artistas – Salón Pablo Bacher – Banco Credicoop – Haedo – Año 1996
Cristina Martinelli resume enseñanzas de Bonnard y Kandinsky, dominando un pentagrama
de color y texturas que, como un músico, exalta y apacigua en pos de un canto o una idea.
Composiciones que surgen del encuentro vital de la tela y el color volcado en ella, dando un
resultado cromático de riesgo a veces, y de lograda armonía otras.